1. Todo inició en 1998, de la mano de Zaimella, una de las fábricas de pañales de Quito que, con apenas 3 años en el mercado, contaba ya con tecnología de punta capaz de generar un nivel de producción superior al consumo de la época.
Zaimella tuvo un gran éxito y la demanda de sus productos era tal, que se identificó una oportunidad en el mercado para vender pañales de segunda. Así, se abre Punto Directo, una pequeña tienda bajo la idea de distribuidor directo de Zaimella al norte de Quito. Punto Directo tuvo una gran acogida, con lo cual, se toma la decisión de incluir para la venta, ya no solo pañales de segunda, sino también las marcas Panolini y Picolín, que en ese entonces producía Zaimella como pañal de primera.